viernes, 28 de mayo de 2010

Astorga - Rabanal del camino







Me doy la vuelta. Tras una noche como la pasada, dormir del tirón y sin molestias es una bendición, diría que puedo escuchar gregoriano de fondo. Me acomodo en el saco y sigo durmiendo. Qué curiosa es la cabeza, que estando en un antiguo convento me hace soñar con gregoriano, casi es real. Miro la hora en el teléfono, son las 7. Me queda un rato para dormir. La mayoría de albergues tienen horarios de cierre y apertura, hoy hay que dejar el albergue a las 8 de la mañana. Uli sigue durmiendo, qué capacidad tiene esta mujer para dormir donde sea. Me despierto, no estaba soñando, en todo el albergue suenan contundentemente cantos gregorianos. Qué manera más sutil de despertar al peregrino.

Paramos en la plaza mayor, café con leche y napolitana con chocolate. Uli es muy constante en su dieta, qué hubiese conseguido el imperio austrohúngaro de haber seguido esta costumbre rica en napolitanas? Un misterio que la historia no podrá ya responder nunca. Sigue haciendo mucho calor, son las 9 cuando llegamos al palacio arzobispal diseñado por Gaudí y a la catedral, llevo puesto el anorak pero casi por no cargar en la mochila que porque realmente lo necesite.
Admito que he estado tentado muchas mañanas de empezar la entrada del día con una referencia al clima, temperatura, vientos , fuerzas y componentes, humedad relativa y seguir anunciando que para pasar desapercibido me había vestido de Sofía Loren con 30 años y de que me había comido 35 kilos de churros, en un homenaje respetuoso a nuestro querido Eduardo Mendoza. Sin embargo creo que la costumbre de Uli de comer napolitanas y el hecho de que todas las mañanas nos vistamos de peregrino ya es en sí mismo un homenaje al gran escritor barcelonés.

Apenas una hora después estamos llegando al pueblo de Murias de Rechivaldo. A la salida hay un bar,el Llar, con unas mesas al sol donde ya se han parado los primeros peregrinos. Uli me indica que quiere entrar a a comprar agua. Me quedo fuera. Pasa el tiempo y no sale. Entro a ver lo que pasa y no la veo. Lo que sí veo, o más bien diría admiro es una tortilla de patata de unos 10 cm de grosor en la barra. Le pido a la señora que está en la barra una ración , algo más? me pregunta, si por mi fuera un ron con coke pero no creo que me dejen. Lo quieres en serio? Por mi sí, pero ella verás como no me deja. Cuando Uli sale del baño, le digo que me he pedido una ración de tortilla y que me tomaría un ron con coke pero que no me lo he pedido porque no quiero retrasar el camino. Me sonríe y me dice que le encanta el ron y que nos tomemos uno juntos. Llamo a Pilar, que así se llama la dueña del bar, casi a gritos le digo que me han dado permiso para tomarme un ron. Qué bien lo pone, la coca-cola muy fría, mucho hielo, limón, vaso ancho. Son las diez y cuarto de la mañana y nos disponemos a tomarnos un ron con una ración de tortilla de cebolla muy buena. Pilar se tira una caña.

Empezamos a hablar, ella tiene 54 años y ha estado viviendo 30 años en Cataluña, ha trabajado en Venezuela y en Andalucía y trasmite una alegría y ganas de vivir que contagian. De fondo suena música chill-out que si cierras los ojos podrías decir que estas en cualquier chiringo de Formentera. Nos pregunta de dónde somos, cómo nos conocemos, si ya nos hemos enamorado, nos habla de que no tengamos prisa, que el camino es para conocerse y que el amor será el postre, el chocolate le corrijo yo. Y se ríe mientras va cambiando el barril de cerveza.

Pilar va diciéndoselo todo a Uli en inglés, y donde no llega yo intento echarle una mano. La conversación ya empieza a desvariar, se habla de amor, de estar a gusto, de alegría, de cómo afrontar la vida, del camino. Ella es de León y después de tanto paseo por el mundo ha vuelto a su zona, donde no acaba de hacerse un hueco con la clientela del pueblo pero sí triunfa entre los peregrinos. Vive a unos 5 kilómetros, a orilla de un río, y te habla del nido de cigüeñas que ve desde su cuarto, el rumor del paso del agua, los pájaros en la mañana, y sus perros. Se le ve feliz, está relajada. Nos dice que es un poco bruja y que nos ve terminando como pareja antes de llegar a Santiago.

Nos animamos y pedimos el segundo ron, ella sigue con sus cervezas. De pronto el equipo de música se detiene, y la estancia se queda en silencio. Siempre pasa lo mismo con este cd. Os voy a poner otra cosa, de pronto el “recitare per la giuba” del Payaso cantado por Pavarotti inunda el bar, ópera, Pilar, nos has puesto ópera! Me encanta Pavarotti, dice feliz, os gusta? Le hablo del Payaso, de la Caballeria Rusticana, de cómo son dos óperas pequeñitas que se presentaron juntas a un concurso a finales del 19 y que se suelen comercializar juntas por su inusual corta duración. En ese momento Pavarotti en el papel de Turito, se arranca, “Mama quel vino que e generoso” me pongo a cantar, pero tu? Me espeta Pilar, te la sabes? Claro Pilar, al pobre turito lo mata ahora el marido de Lola, y él se despide de su madre. Hablamos de Puccini, de Donizetti, y le digo que a mi me encanta Bergonzi y Domingo. Domingo es un actor que canta, sí, sí, me dice ella pero Pavarotti… Le digo que escuche a otra gente y me saca un papel y me pide que le escriba los nombres, le digo que busque cosas de Corelli, Monaco, Bergonzi y del gran Bjorling. Mientras sigue la música sonando y Pavarotti ataca el E lucevan le estelle de Tosca. Pilar, por favor busca también a Pavarotti en el 69, Covent Garden con la Sutherland, La hija del regimiento, 9 do´s de pecho Pilar, es un hombre que canta como si fuera una mujer, nunca has escuchado nada igual. Escribe, escribe aquí todo, que yo lo busque.

Mira a Uli que nos mira asustada a los dos, para ese momento todos los clientes que entran ya escuchan ópera y Pilar se ha salido de la barra para cantar conmigo. Nos acabamos las copa, ya son las 12y30. Pero tu eres un extraterrestre, no estás bien de la cabeza me dice Pilar, que no, que me gusta y ya. Uli me mira, hay que irse.

Pilar cóbranos por favor, hay que seguir el camino.
De la nada, de parar a comprar agua, hemos sacada una experiencia de más de dos horas con Pilar una mujer fascinante y que nos ha transmitido toda su energía. Nos planta dos besos como dos soles, y nos vamos de allí, dejándola atender a los siguientes peregrinos que han aparecido por la puerta. Entre ellos un italiano sonriente que nos saluda cariñoso cuando oye al entrar en el bar a su compatriota cantando Nessun dorma.

De nuevo, una relación muy cercana y de nuevo una despedida. Me voy muy alegre y a la vez muy triste. Volveré a ver a Pilar? Quién lo sabe?

Cuando salimos decidimos que ya que hemos empezado a cantar podemos seguir haciendo un rato, nos decidimos por alguien que conozcamos los dos, cantamos, U-2, Bon Jovi , grupos que están bien pero que no tienen la fuerza de jornadas anteriores y que es lo que requiere el camino. Volvemos a hablar de nuestros gustos musicales y llegamos a un acuerdo en Neil Diamond así que empezamos con él y Barbra Streisand “You don´t bring me flowers any more”
Cuando terminamos, Uli parece necesitar contarme algo y me dice que está casada y que está teniendo problemas y que en cierto sentido la motivación de su camino es aclarar sus ideas. Le pregunto si lo está consiguiendo y me comenta que en cierto sentido sí.

Continuamos andando y subiendo poco a poco, mañana llegaremos a Foncebadon y la cruz de hierro a unos 1.500 metros de altura y lo vamos notando. Hoy solo haremos 20 kilómetros, después de nuestra parada en el bar de Pilar nos quedan 14 kilómetros de monte bajo, y el mismo calor sofocante que en jornadas anteriores. A dos kilómetros para Rabanal nos paramos en el roble del peregrino, un lugar de descanso bajo las ramas de un árbol enorme, centenario que da sombra a los peregrinos en días de calor. A su lado un plano de la zona donde veo por primera vez nuestro apellido puesto. Siempre nos han dicho que Biforcos es asturiano-leonés. En el plano que tengo delante aparece al norte de León casi llegando al norte. Está escrito con V, pero a mi me hace mucha ilusión.

Un poco más adelante, el camino se separa de la carretera y se adentra en un finca de la que vamos rodeando su valla, de pronto empiezan a aparecer cruces hechas con maderas, flores secadas por el paso del tiempo, trozos de tela, banderas, escritos, hasta un intercambio de correos, enmarcado, entre un peregrino y un hospitalero, el cual le informa de que se va a morir de cáncer y que no deje de hacer el camino más veces y que rece por él. Este espectáculo dura cerca de un kilómetro y medio, la cantidad de cruces que hay colocadas apabulla. Aprovecho para rezar un poco.

Sobre las 5y30 de la tarde llegamos a Rabanal del camino, la jornada hoy ha sido muy relajada y además nos hemos encontrado con el regalo de la conversación con Pilar.
De nuevo Uli saca su great book y dice muy convencida, en Raanal nuestro albergue es del Pilar. Hasta ahora el librito amarillo no nos h fallado, así que nos dirigimos directamente hacia él, pasando por delante de los otros 3 albergues que hay en este pequeño pueblo.

Allí nos recibe Lola, la hospitalera, con una sonrisa que parece que acabases de llegar a casa de tus tíos. Ya llevo casi una semana de Camino, y debería estar acostumbrado a estos recibimientos pero admito que me sigue sorprendiendo la cercanía con que te tratan y me sigue gustando. Lola nos sella la credencial, nos pone la fecha, nos cobra. Después carga con la mochila de Uli y nos enseña el albergue, tiene un patio central con mesas que están todas llenas de peregrinos comiendo y bebiendo, al fondo una barra de bar bajo un techado de paja donde unos ciclistas charlan mientras se toman una cerveza. Nos enseña el cuarto donde vamos a dormir, nada nuevo, unas 25 literas y al fondo del pasillo los baños y las duchas. Me dice donde se puede lavar la ropa y que por 3€ nos pone una lavadora. Mira a Uli y no lo dudamos, le damos toda la ropa sucia que tenemos para que nos la lave. Nos comenta finalmente que a las 7 hay vísperas de Domingo de Pentecostes en la iglesia del pueblo en gregoriano, muy bonito, deberíais ir!

Cuando me voy a duchar, le pregunto a Lola si no tiene una camiseta que se haya dejado alguien para poder darle la que llevo puesta, me dice que sí y le digo pero que me quede bien, a lo que me contesta con una gran sonrisa que para que quiero estar más guapo con la niña tan mona que traigo. Le intento explicar, por enésima vez en el camino, que no es mi pareja, que nos conocimos el miércoles, y que creo que se está divorciando así que no hay nada. Me mira seria, y me comenta que lo entiende, que ella se divorcio y que me mientras esto no se abra, señalándose la barriga, no hay nada que hacer, no hay posibilidad de volver a dejar el amor. De nuevo una sinceridad apabullante en apenas 10 minutos. Creo que es Sempronio quien le dice a Pármeno aquello de “A quien cuentas tus secretos, entregas tu libertad” en el Camino por lo visto la gente no debe ser muy aficionada a los clásicos o les da igual las enseñanzas de la vieja trotaconventos.

De nuevo mal de amores, todo el mundo sufre de mal de amores?o es que son los males más fáciles de compartir o quizás los que más se necesitan compartir.

Nos duchamos y nos vamos a la iglesia, llegamos en punto y está ya llena de peregrinos de todas las nacionalidades, alemanes, italianos, ingleses, franceses, posiblemente lo que menos haya sea españoles. A lo largo del camino la proporción de españoles es ínfima, no sé si porque nuestras vacaciones son en otra fecha, si porque hay menos fe en nuestro país, pero ha habido noches que yo debía de ser de los pocos españoles en albergues de más de 50 personas.

Las vísperas son bonitas, nos dan un librito a cada uno para que podamos seguir la celebración e incluso algunos alemanes se animan a cantar en latín. En el pueblo hay un monasterio con una comunidad de monjes que es la encargada de la iglesia y de gestionar un albergue que es el primero que se llena siempre. Tienen una pequeña tienda donde venden recuerdos y libros, siguiendo las recomendaciones de David pregunto por nuevo testamento, pero como no tienen, me acabo comprando una biblia de Jerusalen para poder leer las cartas de San Pablo.

Casi son las 8 y no hemos comida nada desde la tortilla de Pilar, así que volvemos al albergue para cenar. Cuando entro veo nuestra ropa tendida, no me puedo creérmelo. En el albergue, ellos te ponen la lavadora pero después cada uno se tiende su ropa. Lola me mira desde la barra y se sonríe, gracias le digo con los labios. Viene a donde estamos y le digo que no tenía porqué, me dice que no pasa nada que le hemos caído bien y que como no volvíamos de las vísperas lo ha tendido ella para que se nos seque antes. Hay un pero, no es gratis, qué te debo le pregunto entre risas, un abrazo, me tienes que dar un abrazo. Empiezo a darle un abrazo educado y ella me aprieta con todas sus fuerzas, como queriéndome trasmitir una especie de energía positiva. Me sorprende pero me gusta.

Le digo que queremos cenar, me comenta que hay platos combinados muy buenos, al final le pedimos una ensalada y pasta, y una botella de vino. Ya se ha convertido en una tradición, en cada cena Uli y yo nos bebemos una botella de vino. Los platos son enormes y yo no soy capaz de acabarme mi parte de macarrones, Uli devora la ensalada y todos sus macarrones, de postre un helado. A nuestro lado un grupo de españoles está terminando un orujo, por la pinta y las conversaciones deben llevar así un buen rato. Entre ellos destaca un chaval joven, Benja, de Alcoy por el acento que cuenta que después de 8 años de relación ha terminado con la novia y se ha lanzado a hacer el camino.

Va anocheciendo, los peregrinos se van acostando y pedimos permiso para quedarnos en la mesa escribiendo, yo una entrada del blog y Ui cartas a sus amigos. Lola se despide, ella no vive en el albergue, es una empleada que está aquí durante 6 meses y se alquila una casa en algún pueblo de los alrededores.

Nos quedamos solos, apagamos las luces del patio para no molestar. Uli enciende una pequeña linterna que tiene para poder escribir, a mi me basta con la luz de la pantalla. Así estamos una hora, en silencio, a gusto. No es amor, no hay sexo, pero llevo con esta mujer 4 días 24 horas al día, preocupándonos el uno por el otro, caminando juntos, hablando cuando hay que hablar, cantando cuando hay que cantar, callando cuando hay que callar y la verdad es que empiezo a tenerle mucho cariño. Ciertamente no sé si es mutuo, porque Uli no es muy expresiva. A veces habla mucho, y otras parece como ausente.

Dan las once, e Isabel, otra hospitalera cierra las puertas del albergue. Nos miramos, ya está bien de tanto escribir. Apagamos la luz de Uli y nos vamos al cuarto. Algún ronquido suelta se oye en el cuarto pero hoy me da igual, el cansancio se empieza a acumular y creo que dormiré muy bien.

3 comentarios:

  1. ¡Quiero ver una foto de Uli pero ya!

    ResponderEliminar
  2. ¡Buenos días peregrino!

    Tu relación con Uli se parece cada día más a la de Jeff Bridges con Barbra Streissand en "El amor tiene dos caras"... aunque los roles se han cambiado me temo.

    Luego hablamos más pero déjame decirte que me ha encantado el post de hoy. Sin duda, estilo puramente mendoziano. Sólo falta que te encuentres con el comisario Flores en el camino.

    Un abrazo. D.

    PD: Gracias por seguir el consejo.

    ResponderEliminar
  3. Dios mio!!! “You don´t bring me flowers any more” que canción y cuanta gente se siente identificada con ella en algun momento de su vida!! bueno peregrino tenemos unas ganas locas de tenerte de vuelta para que nos enseñes todas las fotos y nos cuentes mas anecdotas!!! no olvides de rezar por mi y me ha dicho Cuca que tambien te acuerdes de ella, un besito grande Jennifer

    ResponderEliminar