Y llegó el día

La cama hecha, el edredón vacío. Todo lo que me he de llevar en la alfombra, en la mano la lista y el boli para ir tachando lo que vaya subiendo a la cama. He pensado que lo mejor para no olvidarme nada, es ser ordenado al hacer la mochila y acometer esta tarea por la mañana para tener tiempo durante el día de poder cambiar algo.

Comienzo a repasar la lista, voy apuntando las cosas que pongo encima de la cama.
Cuando termino, miro la cama y tampoco tengo tantas cosas; parece que en principio he hecho caso a lo que me han recomendado todos y la mochila no debe pesar mucho.

Ahora a meterlo todo de la manera más ordenada que pueda para que quepa. Cojo la mochila de Gustavo y la relleno con todas las cosas que estan sobre la cama. Sobra sitio y me pongo muy contento, parece que lo he hecho bien. Ato fuera la esterilla en la parte de arriba, de modo que la mochila cuando te la pongas te da ese aspecto característico del peregrino casi de caracol con la casa a cuesta, coronado por la esterilla. (Las fotos muestran la evolución de las cosas sobre la cama)

Me pongo el anorak que voy a llevar al camino, y llega el momento cumbre, ahora hay que colocarse la mochila y ver si es cómoda o no.
Surge el primer contratiempo desde que empecé a planearlo todo. La mochila es muy grande, va casi vacía y me resulta muy molesta cargarla a la espalda; así que hay que buscar soluciones. Lo primero es que decido dejar en casa la esterilla, yendo en mayo creo que no tendré problemas por encontrar litera en los albergues. Además me pongo a buscar una mochila en casa que sea más pequeña y ver si me entra todo.
Dicho y hecho, la que he escogido se traga todo lo que hay encima de la cama.Me la pongo y va mejor que la anterior.
Decidido, me llevo la mochila "pequeña", pierdo la imagen de peregrino pero gano en comodidad.

Ahora sí que puedo decir que ya está todo preparado, Jaime imprimió el billete el viernes, el ipod está recargado con canciones nuevas, el libro dentro de la mochila, la cámara, los cargadores. Creo que no me olvido de nada.

Por primera vez surgen los nervios, mañana a las 8 me voy a Sahagún en autobús desde donde empezaré mi camino propiamente dicho al día siguiente. Sahagún está al sureste de la provincia de León, a unos 55km de esta ciudad, donde llegaré la tarde del jueves.(www.sahagun.org) Me voy en Alsa, la compañía asturiana tiene un servicio de autobuses que te lleva a cualquier punto del camino de Santiago y que te trae de vuelta de Santiago a tu ciudad de origen.

Se acerca el momento de salir y surgen los nervios como decía, me gustará la experiencia del camino? me habré equivocado al hacerlo solo? aguantará mi espalda? Llegado este momento ya no hay vuelta atrás, en apenas dos, tres días tendré la respuesta y os lo iré contando, espero que me acompañéis y sobre todo que disfrute de esta experiencia y os lo sepa transmitir para moveros a hacer el Camino de Santiago algún día.

No querría terminar hoy,justo antes de partir, sin agradecer a algunas personas que me han ayudado mucho este último año sin los cuales seguramente no empezaría mañana el camino. El primero mi hermano Jaime que me ha aguantado todo este año y me ha animado mucho en los momentos malos, que los ha habido. Después a mis queridos Antonio y Marta, con los que he compartido muchos días de trabajo, confidencias y charlas no solo sobre los zapatos sino sobre la vida en general. Y por último a mi amiga Mildred que ha hecho posible con su apoyo y alegría que mañana parta hacia Santiago.

A ellos y a todos vosotros, gracias por estar ahí.

Santiago allá vamos.