domingo, 30 de mayo de 2010

Molinaseca - Cacabelos






La noche no ha sido fría pero sí muy húmeda y se me ha metido en los huesos, creo que me voy a resfriar. Aunque he dormido en dos tandas, he descansado.

Cuando abro los ojos son casi las ocho de la mañana y a mi lado Uli sigue durmiendo y los holandeses que estaban en la otra litera ya no están. Me levanto y me voy al baño para prepararme para irme. Vuelvo apenas diez minutos después y mientras ordeno la mochila Uli empieza a desperezarse, cada día nos levantamos más tarde le digo, mientras empiezo a toser y a notar la nariz taponada. Me resfrío seguro.

Mientras Uli va al baño, que está al fondo de la nave de la iglesia, donde debió encontrarse el altar, busco a Mati que está en su cuarto. En los albergues siempre hay un cuartito para el hospitalero, y siempre, con un folio cutre escrito a mano donde puede leerse hospitalero. Está haciendo las cuentas, las apunta en un cuaderno, me recuerda a mi abuelo Rafael que apuntaba todos los gastos en unos cuadernos grandes con el debe y el haber, alguna vez me lleve esos cuadernos para los problemas de mateticas del colegio. Mati tienes que aprender a usar el ordenador, que sí Arteaga pero yo lo guardo todo aquí arriba, tocándose la frente ya despejada por el paso de los años, no lo necesito. Mati si no es que lo necesites, si puedes seguir todo teniéndolo en esa cabeza tuya pero el ordenador te ayuda a tenerlo todo mejor guardado y a que no se te pierda, que el cuaderno puedes olvidarlo en cualquier lugar. Bueno Mati, me voy ya. Muchas gracias por todo. Un abrazo chaval, tu eres un buen tío. Cuídame a la niña que se lo merece. Descuida yo la cuidaré hasta Santiago.

Uli se despide desde las escaleras y empezamos nuestra camino de hoy, aún no han dado las 9en el reloj de la iglesia y empezamos nuestro camino a Villafranca del Bierzo, a unos 32 Kilómetros. La primera ciudad que nos encontramos a unos 8 kilómetros es Ponferrada con su plaza mayor, su iglesia de la encina y el castillo templario, después de de una hora larga andando llegamos a la ciudad donde se ven muchas banderas de la Ponferradina en los balcones. Recuerdo que Ángel estuvo aquí trabajando cuando´empezábamos a ganarnos el pan y le llamo para charlar un rato con él y que recuerde uno de sus primeros destinos. Llegamos al castillo, enfrente hay una cafetería donde ya está sentados los dos holandeses, dos alemanas que Uli conoció en León, y Tim, el alemán que venimos viendo desde el viernes en cada desayuno.

Saludamos a todos, en alemán, en inglés, ellos responden en italiano, español; si una cosa te enseña el camino es la importancia de las lenguas, sobre todo del inglés, y de cómo todo el mundo se esfuerza por hacerse entender y por intentar aprender español. He pensado mucho en este camino en el lío que tenemos montado en España a costa de las dichosas autonomías y de las lenguas cooficiales, el mundo habla inglés y español y nosotros empeñados en que nuestros hijos hablen otra cosa. Tras esta pequeña torre de babel entramos en la cafetería, hoy no hay napolitanas de chocolate para desesperación de Uli que se ha de conformar con una de crema, café para ella y cola-cao con un trozo del bizcocho que está sobre el mostrador para mí.

Mientras espero a ser atendido, un jubilado de Melia Sol, que lleva viviendo en Mallorca desde hace 30 años, me cuenta que llevan 3 años junto con otros compañeros de la empresa haciendo el camino, cada año hacen unas 8 ó 9 etapas; la hacen sin mochila, alquilan una furgoneta y se turnan para condudirla hasta el pueblo donde terminan, hoy le ha tocado a él.

Terminamos el desayuno, los demás ya se han ido, un paseo por el casco antiguo de Ponferrada y a caminar. La salida de Ponferrada es larga, pero tras pasar por encima del Sil, entramos en una zona residencial con chalets muy bonitos y jardines cuidados, no tiene nada que envidiar a las zonas más exclusivas de las grandes ciudades españolas.

Ya en carretera empezamos a ver árboles frutales, hay cerezos, higueras, perales, manzanos, pero aún están verdes para poder coger alguna. Le comento a Uli que me apetecería mucho poder comer algo y me dice que aún es muy pronto, que se nota que soy de ciudad que no sé nada de esto, pero nada de nada le digo yo. Seguimos andando y más adelante volvemos a ver cerezos que han crecido en los arcenes, fuera de las fincas valladas y en ellos para mi alegría se ven cerezas rojas, no del todo pero me lanzo a coger alguna, las probamos, están buenas grito como un niño, durante los próximos minutos nos pararemos en los cerezos para ir comiendo unas pocas. Yo me estiro a las ramas más altas y cojo para las dos.

Hoy Uli está más pendiente del movil que otros días, cada cierto tiempo reduce la marcha, comprueba su buzón y responde rápidamente.

Llegamos a Columbrianos, donde hacemos una parada para comprar un helado. Las costumbres son las costumbres, aunque hoy ya no es día de helado, el tiempo va cambiando poco a poco y las nubes van tapando el magnífico sol que nos ha acompañado durante la última semana. En la nevera de helados hay flash congelados, me recuerda a cuando salíamos corriendo de Valparaiso 21 después de jugar al fútbol a comprar los flashs grandes de Kelia de 10 pesetas. El viernes vimos unos antes de llegar a Astorga y le expliqué a Uli lo que eran, hoy salgo de la tienda orgulloso como mi flash de limón en la mano. Uli me pregunta con la mirada si me voy a comer eso, y le ofrezco, me dice que no, y tu infancia? Mi madre no me dejaría comer eso nunca, mucha química me dice riéndose.

Seguimos andando, aún nos queda mucho para Villafranca del Bierzo. Antes hay que pasar por Villa del Bierzo, unas bodegas que se encuentran en camino y que el libro de Uli dice que ofrece una copa con una tapa para los peregrinos. Tras casi una hora andando y a punto de llegar a cacabelos, vemos las bodegas y paramos. Fuera hay unas sillas donde Uli se quita los zapatos y los calcetines. Hoy está muy cansada y hemos ido muy lentos. Se detiene tranquilamente unos 5 minutos antes de entrar en la bodega. Su libro contiene una frase en español que llevamos enseñando toda la mañana, "una copa de vino por favor para un pobre peregrino?" y que es la que hay que decir en la bodega para que te den la copa. Le digo que entre sola, que tiene que decir ella la frase sin que yo la ayude.

Cuando entro, la chica que nos atiende está poniendo las copas, aunque Uli no ha sido capaz de decirle la frase. Allí estaremos casi una hora, tomando vinos del Bierzo hechos uva mencia, acompañándolo con una empanidalla muy buena. No entra nadie, así que la bodega es para nosotros y tenemos tiempo para hablar con la chiquilla que nos habla de la ponferradina, de cuando estuvo en inglaterra para aprender inglés y de los tipos de vino que producen.

Pagamos al salir, con esfuerzo Uli se pone los calcetines y las botas y seguimos.

Cacabelos está apenas a 6 kilómetros y ya me dice que cuando lleguemos allí, ella verá qué hace. Me suena raro, llevamos 6 días juntos y hoy dice que verá que hace cuando hasta ese momento ninguno se había planteado hacer el camino sin el otro.

El final de la jornada se nos hace eterno, el pasiaje ha cambiado y se parece a la toscana, muy verde, muchas cepas y árboles por todas partes. E una viña encuentro un palo tirado, lo recojo, lo peso, lo mido. Ya tengo palo de nuevo. Uli está realmente cansada y tardamos en recorrer la distancia que nos queda casi dos horas para llegar a Cacabelos a las 4y30 de la tarde.

Según vamos entrando en el pueblo le pregunto cómo va para seguir hasta Villafranca del Bierzo, y me dice tajante que ella no sigue, que se queda. Me pregunta qué hago yo, y le respondo que me da igual, me quedo.
Solo hay un albergue municipal, se encuentra rodeando a la iglesia, haciendo una especie de semicirculo con el tamaño de la iglesia, tiene un patio a donde dan todas las habitaciones que son de dos camas cada una y se comunican por arriba. Saludamos a la hospitalera, que es una empleada del ayuntamiento y es poco habladora. Nos toma los datos, nos registra, nos sella la credencial y nos cobra.

Esta tarde estaré sin Uli, ella llega a la habitación muy cansada y se tira en la cama, no saldrá de la habitación y estará pegada al teléfono hasta que nos vayamos a dormir sobre las 10y30 de la noche.

Yo voy entrando y saliendo de la habitación. Haré la colada junto con el holandés mayor que me contará que estuvo en el Himalaya hace 4 años y que tenía que hacer el camino para tranquilizarse y tomar la vida de un modo más relajado. Me contará que es ingenio civil y que es muy exigente en su vida profesional.
Me tomaré un bocadillo mientras charlo con Benja con quien vuelvo a coincidir en el albergue. Buena persona, muy jovial y hablador, da gusto estar con él. Se ha hecho amigo de dos alemanas con quien siempre anda por el albergue.

Después me iré a dar una vuelta por el pueblo, me sentaré en un bar a escribir un poco y ver el tenis en la tele mientras me tomo una coca-cola y aparecerán más peregrinos, para, de la nada, volver a montar una improvisada reunión.

Sobre las diez, ya cansado regresaré a la habitación, como siempre, como cada noche al final del día pero hoy será distinto.

Mañana me voy, me dice Uli. Me duelen los pies y voy a coger un autobus hasta Sarria. Qué? pero y yo? Y nosotros? No íbamos juntos a Santiago? Cómo que te vas? ella me mira seria, no hay lugar para las emociones en la cara de mi amiga mientras yo por dentro siento que algo se quema. Uli no son tus pies, qué pasa. Quiero estar en Santiago el domingo, quiero volverme a Austria antes y estar con él la última semana de vacaciones. Mañana cojo el autobús, descanso y me salto dos jornadas.

No sé si ella lo nota, pero estoy a punto de echarme, a llorar. Claro, claro, lógico, lo comprendo. He comprado chuchuerias en la plaza del pueblo, le ofrezco y coge una nube y una fresa.

Nos dormimos? apago la luz? Sí por favor me dice, perdona estoy resfriado, quizá hoy el que ronque sea yo le digo.

Apago la luz, en el silencio de la noche, mi cabeza da vueltas, todo son recuerdos, los últimos 6 días parecen meses y sin embargo se acaban. No me había planteado tener que despedirme tan pronto de ella, creía que llegaríamos juntos a Santiago.

4 comentarios:

  1. ¡Buenos días peregrino!

    Disculpa no haber comentado tu post anterior. El fin de semana de playa resulta agotador cuando te ves obligado a desdoblarte en "ingeniero de castillos, canales y puertos" y "decatleta" en función de la franja de edad. Ríete tú de la agenda de Hillary Clinton, por decir algo.

    Te noté triste por teléfono. Ahora sé por qué. Uli se ha ido y creo que hablo por todos los que te seguimos cuando digo que nos da mucha lástima. Hace días recordé aquellos juramentos de amistad eterna al despedirnos de nuestros amigos en Heathrow, en aquellos veranos de los 90. Supongo que será algo así. No será fácil encontrar en Madrid a una adicta a las napolitanas de chocolate que, además, tiene la rara virtud de disfrutar tanto del silencio como de la conversación. Pero la vida es así. También nosotros te echamos de menos en Sevilla y hemos aprendido a disfrutarte en la distancia, que no es mucha, vale, pero tiene Despañaperros en medio.

    Mucho ánimo. Mantén la ilusión por llegar a Santiago y pide al apóstol que Uli sepa tomar la mejor decisión.

    Un abrazo. D.

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  2. Otra vez te quedas sólo en la aventura. Creo que lo mejor de tu viaje esta aún por llegar. Mañana otra vez al ataque, seguro que encuentras nuevos compañeros y verás que Uli se ha ido para que conozcas otra gente que te iluminará de otra manera.

    LUIS

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  3. ¡Animo!!! siempre dijiste que querias hacer el camino en solitario, piensa que puede ser lo mejor, iras conociendo a muchos peregrinos y siempre mantendras un grato recuerdo de la fans de las napolitanas, cuando leas esto ya te habras ido de cacabelos, ahí es donde estuve de camping es una zona preciosa con un gran arbolado en la zona del rio y tienes cerca las finca de "Prada a tope" es un tio muy pintoresco con bodega y conservas de toda clase .
    ¿te has fijado en los campanarios de la zona??? puedes subir a ellos, son distintos a los de otras zonas.
    ya te has dejado atras Las Médulas, otra vez las verás.
    ahora empiezan las cuestas, piensa en cual es el objetivo que te marcaste al salir de Madrid y a llegar para abrazar al apostol .
    un beso M Carmen

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  4. Me has hecho llorar Álvarez.
    En todos los posts hablas de sentimientos de la gente, de lo abiertos y cariñosos que son, y en el fondo creo que no son ellos, sino que eres tú el que lleva todo eso dentro y lo transmites. Te veo perféctamente cantando a la más grande, jugando con la bara, chapoteando en el río helado, comprándote un flash.
    Ese eres tu Álvarez, y cómo no te van a dar abrazos?
    Sigue adelante y con ese ánimo y alégrate por el camino que has compartido con Uli y piensa en todo lo que te queda por delante.
    Y sobre todo, gracias por compartir tus sentimientos con nosotros.
    Bss

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